Tras los repetidos mantras de ‘es mejor comprar que alquilar’ y viceversa, las conclusiones para el acceso residencial se silencian: y es que ya no existe emancipación posible: ni mediante alquiler ni compra.
La imposibilidad de acceder a la vivienda
La historia comenzaba con que los jóvenes no podían comprar, pero sí acceder al alquiler. Tras mantenerse estable situación, el desenlace actual es desolador: y es que los menores de 30 años han llegado a un punto en el que no pueden independizarse ya sea mediante compra o alquiler.
Aun con trabajo estable, la solución pasa por vivir en un piso compartido. Una situación que tiene consecuencias tanto a nivel personal y social. Y es que la juventud se alarga, no solo desde el punto biológico, sino por la imposibilidad de avanzar en las etapas de independencia.
Como resumen, y para entender la situación: actualmente el precio de la vivienda consume una media de aproximadamente el 75% del salario ¿es esto sostenible? En absoluto. Y esto es solo el comienzo hacia la instalación de la precariedad a todos los niveles y clases sociales de la juventud.
Los datos de la situación
El diagnóstico es clave y es que los jóvenes españoles están perdiendo la batalla para acceder a un derecho básico como es la vivienda. Así lo confirman los últimos datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de Juventud de España (CJE): donde se corrobora que la emancipación en solitario con una única fuente de ingresos es muy poco probable por debajo de los 30 años; a finales de 2017 tan solo el 19,3% lo había conseguido -en 2008 ascendía al 26%-.
Por otro lado, Eurostat desprende lo siguiente; y es que la edad media –29,3 años-a la que se abandona el hogar familiar en España, es la sexta más alta de Europa.
Un panorama precario
La radiografía se compone de diversos factores, donde los bajos salarios, la precariedad laboral y los altos precios de la vivienda son el detonante de un panorama inmobiliario que está tocando fondo para los jóvenes.
Cuando la vivienda supera el umbral aconsejable
El porcentaje que se destina a la vivienda supera ampliamente el umbral recomendable del 30%.
En el caso de los asalariados en solitario el alquiler consume un 88,8% de sus ingresos y la compra un 61%.
Supervivencia: Desde la cesión de la vivienda a la ayuda familiar
Con este panorama ¿Cómo logran sobrevivir los jóvenes? Las respuestas se encuentran en la cesión de la vivienda y las ayudas familiares.
En el primer caso, la cesión o donación de la vivienda son el principal patrocinio de la emancipación residencial de los jóvenes. Así, muchos padres o abuelos ceden o donan su propia vivienda ya sea de manera gratuita a un precio mucho menor de mercado.
Por otro lado, la ayuda familiar es un imprescindible, cuatro de cada diez jóvenes tienen apoyo económico de un familiar para poder acceder a la compra de una vivienda, según datos de de Planner y Sociedad de Tasación.
Alquiler compartido
A pesar de tener un trabajo, los bajos sueldos con incompatibles con la independencia económica, lo que aboca al alquiler compartido hasta pasados los 30 años ¿El resultado? La extensión de la juventud, independiente de la edad biológica, al no poder alcanzar la independencia completa. Lo que tiene consecuencias tanto a nivel físico como social.
Vuelta a casa
Otra de las soluciones pasa por volver al nido familiar a una edad en la que se debería tener la suficiente independencia; lo que tiene consecuencias a nivel social y personal.
El impacto en el panorama social
Como es normal, tal y como comentábamos, la imposibilidad de alcanzar la independencia residencial a la edad que corresponde, abre un abismo a los pies de los ya no tan jóvenes a nivel emocional, por, por ejemplo, tener que volver al hogar familiar. Hoy en día este apoyo económico es gracias a las pensiones que mantienen a las familias. Pero ¿cómo será un futuro cuando ya no exista este margen económico familiar?
Los cambios en el mercado
El mercado inmobiliario ha tomado buena cuenta de la situación, y al perder una parte importante de potenciales compradores, se está planteando un cambio de estrategia.
Así, las promotoras tratan de encontrar fórmulas que permitan el acceso al mercado de la vivienda. Aunque de momento son pocas, parece que la única solución pasa por un acercamiento de los precios residenciales a la realidad financiera de los jóvenes. De otra manera, ni promotoras ni la sociedad saldrá ganando.
Un cambio es necesario, y empieza por una toma de conciencia de las principales promotoras del sector inmobiliario.
El cambio empieza desde dentro: formación de una clase de profesionales
El sector inmobiliario necesita un cambio de paradigma hacia un futuro más sostenible, y una de las mejores maneras de comenzar es mediante la formación en este sentido de los futuros profesionales del sector.
Por ello, Aucal, una escuela especializada en la enseñanza online con más de 30 años de experiencia, ha decidido alinear sus cursos con este propósito, para una mejora del sector inmobiliario gracias al arma más poderosa: la educación.
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